Decir autosabotaje es nombrar una paradoja que muchos vivimos: tener un deseo fuerte de progreso pero actuar, a veces sin darnos cuenta, de forma contraria. Lo extraño es que, aunque muchas de estas conductas parecen irracionales, tienen raíces muy lógicas en nuestra psicología.

Lo único que te separa de lo que quieres es la historia que te cuentas una y otra vez sobre porque no deberías conseguirlo.

¿Qué es el autosabotaje y cómo se manifiesta?

El autosabotaje se define como un patrón de comportamientos y pensamientos —conscientes o inconscientes— que obstaculizan nuestros objetivos más valiosos. Frecuentemente, estas acciones no parecen “malas decisiones”: se disfrazan de procrastinación, perfeccionismo, auto-critica o evitar el cambio.
Se puede describir como un comportamiento que “interfiere con metas duraderas” incluso cuando sabemos lo que debemos hacer.
Entre las manifestaciones más comunes están: procrastinar sistemáticamente, recurrir al perfeccionismo paralizante, evitar nuevas oportunidades, criticar en exceso, sabotear relaciones o rendirse cuando las cosas comienzan a marchar bien.
Una persona puede incluso creer que no está haciendo nada raro: “es que siempre soy así”, “estoy cansado”, “no tengo suerte”. Esa narrativa sirve de blindaje para que el autosabotaje siga.

Testimonio de Laura (analista de datos, 44 años):
_»Durante años pensé que lo mío era simplemente ‘ser despistada’. Pero la verdad es que cada vez que estaba a punto de conseguir algo importante, lo arruinaba sin darme cuenta.

Dejaba para el último día presentaciones del trabajo, rechazaba proyectos porque pensaba que no estaba preparada e incluso terminé alguna relación justo cuando comenzaba a ir bien. Me decía a mí misma que era mala suerte, pero en el fondo sabía que había un patrón.
El día que escuché hablar de autosabotaje todo encajó. No era casualidad, entendí que eran mis propios miedos disfrazado de excusas. Ahí conocí  a Mar Sánchez y comencé a trabajar en mis creencias con ayuda de herramientas como el EFT-Tapping.

Poco a poco, empecé a darme permiso para celebrar mis logros y a dejar de compararme tanto. Hoy no digo que lo tenga todo superado, pero sí me siento más dueña de mis decisiones y con menos miedo a avanzar.»_

Mecanismos psicológicos detrás del autosabotaje

Para entender por qué a pesar de nuestras ganas de avanzar nos bloqueamos, es útil mirar los mecanismos internos que operan:

En lugar de forzarte a funcionar como antes, es importante observar qué emociones están presentes. ¿Hay tristeza por lo que se terminó? ¿Hay ansiedad por lo que vuelve? ¿Hay agotamiento que no se fue del todo?

Creencias limitantes y autoimagen negativa

Desde la infancia muchas personas desarrollan creencias tipo “no valgo lo suficiente”, “nunca podré” o “seré rechazado si intento”. Estas ideas funcionan como filtros que distorsionan su futuro: ante un logro, surgen dudas; ante una oportunidad, surge resistencia.
Cuando actuamos desde esa creencia, el inconsciente “sabotea” el resultado esperado para evitar el choque con la contradicción interna. En este sentido, el autosabotaje puede verse como una estrategia de coherencia interna: preferir seguir “igual” en lugar de arriesgar lo desconocido.

Disonancia cognitiva y necesidad de congruencia interna

La teoría de la disonancia cognitiva afirma que cuando sostenemos dos ideas opuestas, sentimos tensión y tratamos de restablecer congruencia

En autosabotaje, puede ocurrir que anhelemos el éxito, pero nuestra creencia interna nos diga que “yo no puedo tenerlo”. Esa tensión se resuelve muchas veces bajando la expectativa: “para qué intentarlo”.

Zona de confort como “territorio seguro”

Aunque logremos vislumbrar una meta mayor, el cerebro —diseñado para supervivencia— prefiere lo predecible. Avanzar implica riesgo y cambio; retroceder, familiaridad. Así, autosabotear puede sentirse extrañamente como “volver a casa”. El autosabotaje responde más al deseo de predictibilidad que a la falta de fuerza de voluntad.

Autoestima frágil y perfeccionismo

Cuando la autoestima es baja, cada logro se convierte en terreno de duda. En lugar de celebrarlo, aparece el juez interior, implacable y silencioso, susurrando: “Esto fue suerte, no mérito”. La sensación de impostura se instala, como si el éxito fuera un error del sistema que pronto será corregido. Esta voz interna no busca verdad, sino confirmación de una narrativa aprendida: “No soy suficiente”. Así, incluso los avances se viven con incomodidad, como si fueran disfraces que tarde o temprano se caerán.

Cuando algo sale mal, esa misma voz se fortalece. No hay espacio para el error humano, solo para la validación del juicio previo: “Lo sabía, no estoy a la altura”. El fallo no se interpreta como parte del proceso, sino como prueba definitiva de incapacidad. La autocrítica se vuelve castigo, y el aprendizaje queda bloqueado por el miedo a repetir.

Heridas emocionales y patrones tempranos

Situaciones traumáticas, críticas o carencias afectivas modelan respuestas defensivas internas. El autosabotaje puede estar conectado con heridas de rechazo, abandono o culpa no procesada. En ciertas investigaciones, se relaciona el estilo de afrontamiento en la adultez con padres emocionalmente inmaduros y la persistencia de patrones auto-destructivo

La única persona que puede hacerme caer soy yo misma, y no voy a permitirme hacerlo nunca más.

Cómo influye el estilo de crianza en el autosabotaje

La forma en que nos educaron en la infancia tiene un peso enorme en cómo nos tratamos a nosotros mismos en la adultez. Nuestros padres, cuidadores o figuras de referencia fueron los primeros espejos en los que aprendimos a vernos. A través de sus palabras, gestos y actitudes construimos las primeras creencias sobre quiénes éramos y qué valor teníamos.

El autosabotaje surge, en gran parte, de esas huellas tempranas que nos enseñaron a ponernos límites internos. Aunque de adultos ya no estemos en ese entorno, seguimos arrastrando esas “voces” en nuestra mente.

Crianza autoritaria: miedo al error

Los niños criados en entornos rígidos, donde predominan las normas estrictas, los castigos y la exigencia, suelen crecer con la sensación de que equivocarse no está permitido. Aprenden que solo serán aceptados si cumplen expectativas, y desarrollan una voz interior crítica que les repite constantemente “ten cuidado, no lo hagas mal”.

Crianza autoritaria: miedo al error

Los niños criados en entornos rígidos, donde predominan las normas estrictas, los castigos y la exigencia, suelen crecer con la sensación de que equivocarse no está permitido. Aprenden que solo serán aceptados si cumplen expectativas, y desarrollan una voz interior crítica que les repite constantemente “ten cuidado, no lo hagas mal”.

El castigo genera obediencia, no confianza.

Crianza negligente: sensación de no ser suficiente

Cuando en la infancia se carece de atención, afecto o validación, el niño puede llegar a la conclusión de que no merece cuidado o de que no es lo bastante importante para ser visto. Esta herida emocional genera inseguridad y baja autoestima.

En la adultez, aparece el autosabotaje a través de frases internas como “¿para qué intentarlo si no importo?” o “seguro que no me van a tener en cuenta”. La persona puede renunciar a sus metas porque siente que no merece lograrlas.

Crianza perfeccionista: nunca es suficiente

Algunos hogares transmiten el mensaje de que el cariño y el reconocimiento están condicionados a los logros. “Te quiero, pero saca buenas notas”, “Eres valioso, pero hazlo mejor”. El niño aprende que su valía está vinculada al rendimiento.

De adulto, esto genera un círculo de autoexigencia constante: nunca nada es suficiente, incluso los logros se minimizan o se desvalorizan. La consecuencia es el autosabotaje disfrazado de hiperactividad y autoexigencia crónica.

Crianza sobreprotectora: miedo a la autonomía

Cuando los cuidadores no permiten al niño experimentar, equivocarse o enfrentarse a retos, este puede crecer con la idea de que el mundo es demasiado peligroso y de que

En la edad adulta, esto se traduce en dependencia, falta de iniciativa y miedo a tomar decisiones importantes. Ante cualquier reto, surge la voz interna de “yo solo no puedo”.

Crianza basada en la comparación: el espejo ajeno

En muchos hogares se utilizan frases como “mira tu hermano qué bien lo hace” o “deberías ser como fulanito”. Esto enseña al niño que su valor depende de cómo lo hagan los demás.

De adulto, la comparación constante se convierte en un autosabotaje muy potente: la persona nunca se siente suficiente y bloquea sus avances por miedo a no estar a la altura de otros.

El autosabotaje ocurre cuando decimos que queremos algo, pero actuamos de forma que nos aseguramos de que no suceda

¿Estás autosaboteándote? TEST

Responde con o no:

  1. Dejas tareas importantes para el final, aunque sabes que serán urgentes.
  2. Te comparas con otros y eso paraliza tus decisiones.
  3. Dudas tanto de ti mismo que no avanzas.
  4. Rechazas oportunidades antes de intentarlas.
  5. Criticas tus logros y no los celebras.
  6. Evitas destacarte o asumir responsabilidades.
  7. Te dices “no merezco esto”, “esto es demasiado para mí”.
  8. Sientes que si todo va bien, algo malo sucederá.
  9. Saboteas tus relaciones justo cuando hay cercanía.
  10. Cambias planes al último minuto para “no arriesgar fallar”.

⚠️ Interpretación: si has respondido sí a 4 o más preguntas, es probable que estés manifestando patrones de autosabotaje en tu vida diaria.

Con ayuda profesional puedes superar estos patrones de comportamiento y mejorar tu bienestar mental.

Cómo diferenciar entre lo que “es” y lo que “pensamos que es”

Uno de los grandes trampas del autosabotaje es creer que tus pensamientos son hechos. No lo son. Veamos un ejemplo de este mecanismo mental:

  • Hecho: me equivoqué con esa persona.
  • Creencia: soy un fracaso absoluto.

Los pensamientos no definen quién eres; son solo interpretaciones. Cuestionarlos es el primer paso hacia la transformación.

Cómo dejar atrás el autosabotaje

Por suerte, reconocer tus propios patrones de autosabotaje es el primer paso para dejar atrás este tipo de comportamientos que tan negativamente afectan a tu vida. A continuación te explicamos algunos consejos prácticos para comenzar a dejar el autosabotaje atrás:

Reconocer las voces internas heredadas

Detente y escucha tu diálogo interno: ¿suena como la voz de tu madre, padre, profesor o figura de autoridad? Identificar de dónde viene esa voz crítica es el primer paso para dejar de confundirla con tu verdadera identidad.

Reescribir las creencias limitantes

Cuando aparezca un pensamiento como “no valgo lo suficiente”, cámbialo conscientemente por frases más realistas y compasivas como “tengo valor tal y como soy” o “mi esfuerzo ya es suficiente”. Esta práctica de autocompasión ayuda a desmontar patrones antiguos.

Permitir el error como parte del aprendizaje

Cada vez que te equivoques, repite mentalmente: “Esto también es aprendizaje”. La neurociencia ha demostrado que el cerebro aprende mucho más del error que del acierto inmediato, gracias a la activación de la corteza cingulada anterior.

Rodearte de entornos nutritivos

El autosabotaje se refuerza en ambientes críticos y exigentes. Busca personas, grupos o espacios donde te sientas aceptado tal como eres. Como adultos, podemos elegir relaciones más sanas que nos ayuden a reprogramar nuestra autopercepción.

En Neuromotiva, estamos para ayudarte

El autosabotaje no es un defecto de carácter ni una condena inevitable, sino un mecanismo aprendido que se puede comprender, trabajar y transformar. Reconocerlo es el primer paso para dejar de luchar contra nosotros mismos y empezar a caminar en una dirección coherente con lo que de verdad deseamos.

En Neuromotiva creemos firmemente que no tienes por qué enfrentarte a este proceso en soledad. Herramientas terapéuticas como el EFT-Tapping, la Hipnosis Ericksoniana o la Reimpronta Matricial pueden convertirse en aliados potentes para desactivar esos patrones que hoy te limitan y abrir espacio a una vida más plena, libre y en paz contigo mismo.
Cada paso que das hacia ti mismo, por pequeño que parezca, es un acto de valentía. Y nosotros queremos acompañarte en ese camino.
Porque no se trata de dejar de ser quien eres, sino de liberar tu potencial de todo aquello que lo encadena.

Si sientes que el autosabotaje está interfiriendo en tus metas, relaciones o bienestar emocional, en Neuromotiva estamos aquí para escucharte, acompañarte y ayudarte a recuperar la confianza en ti.

Pide ahora tu cita presencial u online:

herramientas terapéuticas como el EFT-Tapping, la Hipnosis Ericksoniana o la Reimpronta Matricial

Confiar en ti mismo no garantiza el éxito, pero no hacerlo garantiza el fracaso.

Deja una respuesta