En la vorágine de la vida moderna, la ansiedad se ha convertido en una sombra persistente para muchos de nosotros. Los pensamientos incontrolados y repetitivos, junto con la sensación de inquietud pueden afectarnos en los momentos más inesperados. Pero no te preocupes, no estás sola en esto.
En este artículo, exploraremos cómo afrontar la ansiedad y recuperar el control de nuestras vidas. La clave está en comprenderla, enfrentarla y desarrollar estrategias para minimizar su impacto. Así que, respira hondo y déjame guiarte a través de este viaje hacia la serenidad.
Entendiendo la Ansiedad
La ansiedad es como ese amigo que llega sin ser invitado. Aunque a veces puede ser útil para mantenernos alerta, cuando se sale de control, puede convertirse en un problema real. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), se estima que más del 10% de la población española ha experimentado trastornos de ansiedad en algún momento de sus vidas y en 2020 se estimaba que unas 40.000 personas padecían en España ansiedad crónica, un número que tras la pandemia no ha dejado de crecer sobre todo en jóvenes y adolescentes. Esto subraya la importancia de abordar este tema de manera seria y efectiva.
La ansiedad con miedo y el miedo con ansiedad contribuyen a robarle al ser humano sus cualidades más esenciales. Una de ellas es la reflexión.
Konrad Lorenz
El Ciclo de la ansiedad: la telaraña emocional
Como en cualquier historia, el ciclo de la ansiedad tiene un punto de partida. Los desencadenantes pueden variar dependiendo de la persona o la época de la vida: una situación estresante en el trabajo, una preocupación familiar, la incertidumbre económica,la presión académica, la inseguridad por la propia imagen…
Estos desencadenantes son como chispas que encienden la mecha de la ansiedad. Pueden ser situaciones reales o simplemente la percepción de una amenaza, que no es necesario que sea real para que nos afecte, si nuestra mente lo cree es suficiente.
1. La respuesta fisiológica: el cuerpo en alerta
Ante un desencadenante, nuestro cuerpo entra en modo de alerta. Esta respuesta se conoce como la «lucha o huida», una reacción primitiva que se desarrolló para protegernos de peligros reales. Sin embargo, en la ansiedad, esta respuesta se dispara incluso en situaciones que no representan una amenaza inmediata. El corazón late más rápido, la respiración se acelera y los músculos se tensan.
2. El ciclo de pensamientos: alimentando la ansiedad
Los síntomas fisiológicos de la ansiedad pueden desencadenar un torbellino de pensamientos. Comienzas a cuestionar tus habilidades, a anticipar lo peor y a preocuparte por lo que podría salir mal.
Esta espiral de pensamientos negativos alimenta aún más la ansiedad, creando un bucle en el que la preocupación engendra más preocupación. Cada pensamiento negativo parece reforzar la idea de que hay algo de qué preocuparse.
3. El impacto emocional: una montaña rusa de sentimientos
A medida que el ciclo avanza, las emociones se vuelven cada vez más intensas. La ansiedad puede hacer que te sientas nervioso, inquieto e irritable. Los sentimientos de impotencia y frustración también pueden surgir, ya que parece que la ansiedad está tomando el control de tus emociones.
4. Consecuencias en la vida diaria: afectando tu bienestar
El ciclo de la ansiedad no se limita a tu mente y emociones; también tiene un impacto en tu vida diaria. Puede afectar tu sueño, tu concentración y tu capacidad para disfrutar de las actividades que solían traerte alegría. La ansiedad puede volverse un obstáculo en tus relaciones, tu trabajo y tus objetivos personales.
Ansiedad, Angustia y Estrés. Descifrando las Diferencias:
En ocasiones, las personas confunden la ansiedad con la angustia y el estrés. Aunque están interrelacionados, cada uno tiene sus características únicas.
- Angustia: La angustia tiende a ser una respuesta emocional más aguda ante situaciones específicas. Es una reacción natural, pero suele ser temporal. Por otro lado, la ansiedad es más duradera y generalizada, a menudo carece de un desencadenante específico.
- Estrés: El estrés es una respuesta a una amenaza o demanda, ya sea real o percibida. Es una reacción adaptativa y puede ser temporal. La ansiedad, por otro lado, es una preocupación constante y excesiva que a menudo no está directamente relacionada con una amenaza inmediata.
Tipos de ansiedad. Comprendiendo sus Matices:
La ansiedad no es un concepto único; se manifiesta en diferentes formas y tipos. Para afrontarla de manera efectiva, es crucial entender sus matices.
- Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG): El TAG se caracteriza por una preocupación excesiva y constante sobre diversos aspectos de la vida, incluso cuando no hay una amenaza real. Las personas con TAG a menudo experimentan inquietud, fatiga y dificultades para concentrarse.
- Trastorno de Pánico: El trastorno de pánico provoca ataques de pánico inesperados y recurrentes. Estos ataques pueden manifestarse con síntomas físicos intensos, como palpitaciones, sudoración excesiva y sensación de pérdida de control.
- Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC): El TOC se caracteriza por pensamientos intrusivos y recurrentes, conocidos como obsesiones, que generan ansiedad. Las compulsiones son conductas repetitivas que una persona realiza para aliviar la ansiedad generada por las obsesiones.
- Trastorno de Ansiedad Social: La ansiedad social se refiere al miedo intenso y persistente a ser juzgado o avergonzado en situaciones sociales. Las personas con este trastorno a menudo evitan situaciones sociales o las enfrentan con gran angustia.
La ansiedad no viene de pensar en el futuro sino de querer controlarlo
Khalil Gibran
Rompiendo el ciclo
EFT (Técnica de liberación emocional)
Una técnica comúnmente utilizada es la Técnica de Liberación Emocional (EFT), que implica tocar suavemente puntos de acupuntura con las yemas de tus dedos mientras te enfocas en el problema emocional. Esto libera bloqueos energéticos y reduce la ansiedad. Puedes comenzar a practicarlo con esta entrada sobre EFT donde Mar Sánchez te explica como autoaplicarte la rutina básica de EFT.
PNL (Programación Neurolingüística)
La Programación Neurolingüística, o PNL, es una herramienta que se enfoca en cómo las palabras y el lenguaje afectan nuestra mente y comportamiento. Utiliza patrones lingüísticos y técnicas de visualización para ayudar a cambiar pensamientos y comportamientos negativos asociados con la ansiedad. Por ejemplo, a través de la PNL, puedes aprender a cambiar la manera en que te hablas a ti mismo en situaciones estresantes, transformando pensamientos ansiosos en afirmaciones más positivas.
Reimpronta matricial
La Reimpronta Matricial es una técnica que se centra en el proceso de la memoria y cómo podemos influir en él para cambiar patrones emocionales no deseados. Esta herramienta trabaja en la base de eventos pasados y experiencias que pueden haber contribuido a la ansiedad. A través de la Reimpronta Matricial, puedes reevaluar y reinterpretar eventos pasados de manera que reduzcan su impacto emocional en el presente.
Hipnosis Ericksoniana
La Hipnosis Ericksoniana es una forma de hipnosis suave y enfocada en la persona. Utiliza sugestiones indirectas y metáforas para acceder al subconsciente y generar cambios positivos en el pensamiento y el comportamiento. Durante una sesión de hipnosis ericksoniana, un terapeuta puede guiar a una persona a un estado de relajación profunda y sugerir formas de manejar la ansiedad de manera más efectiva.
Reconocer la ansiedad en niños y adolescentes
En Neuromotiva, como expertos en coaching familiar, sabemos que la ansiedad no discrimina por edades, y los niños y adolescentes no son inmunes a ella. Sin embargo, a menudo expresan su ansiedad de manera diferente a los adultos. Aquí hay algunos signos a tener en cuenta:
- Cambios en el comportamiento: Si notas cambios abruptos en el comportamiento de tu hijo, como evitar situaciones sociales o mostrar irritabilidad inexplicada, podría ser una señal de ansiedad.
- Preocupaciones excesivas: Los niños y adolescentes ansiosos pueden preocuparse constantemente por situaciones que otros considerarían normales. Pueden preguntar repetidamente sobre temas específicos, buscando seguridad constante.
- Síntomas físicos: La ansiedad en los jóvenes a menudo se manifiesta a través de síntomas físicos, como dolores de cabeza, dolores de estómago o problemas para conciliar el sueño.
Si tú o alguno de tus hijos necesitáis ayuda para gestionar la ansiedad, Mar Sánchez, psicóloga experta en gestión emocional y coaching familiar puede ayudarte a través de nuestro gabinete psicológico:
Recuerda que la ansiedad no es invencible. Con la orientación adecuada y las estrategias apropiadas, puedes superar sus garras y avanzar hacia una vida más tranquila y plena. ¡Tú tienes el poder de vencer la ansiedad y construir un futuro más brillante!
La ansiedad puede tratarse de diversas maneras, combinando técnicas psicológicas con otros enfoques energéticos holísticos. ¡No estás solo en esta lucha! 💪