La felicidad no es un destino, sino un camino que se construye día a día. A menudo, entre las responsabilidades familiares y laborales, puede ser difícil encontrar espacio para disfrutarla. Sin embargo, comprender que la felicidad depende de cómo gestionamos nuestras emociones y enfrentamos los desafíos cotidianos es esencial.

En este artículo, exploraremos cómo herramientas como el EFT-Tapping, la Reprogramación Matricial y la PNL pueden ayudarte a crear un bienestar emocional duradero. A través de estas técnicas, aprenderás a cultivar la felicidad en tu día a día, adaptándola a tus necesidades y circunstancias.

La felicidad no es algo hecho. Viene de tus propias acciones.

Más allá de la meta: desmitificando la felicidad

Cuando pensamos en la felicidad, muchas veces la imaginamos como un estado permanente al que debemos llegar: un destino perfecto donde todo encaja, las preocupaciones desaparecen y la alegría es constante. Pero, ¿y si te dijéramos que este concepto está equivocado? La felicidad no es una meta, ni un lugar al que llegar. Es un camino que construimos cada día, paso a paso, con pequeñas decisiones y cambios que pueden marcar la diferencia.

Este enfoque es esencial para entender que la felicidad no depende de circunstancias externas, sino de nuestra capacidad para adaptarnos y encontrar significado en lo que hacemos, incluso cuando la vida no es perfecta.

La felicidad no se trata de eliminar las dificultades de la vida, sino de aprender a gestionar las emociones, superar las barreras y crear un bienestar que sea sostenible. Este enfoque, basado en la psicología y el coaching, es clave para entender que ser feliz es un proceso tan único como cada uno de nosotros.

La felicidad es algo que se construye, no algo que se encuentra. Es un proceso continuo que se nutre de nuestra actitud, nuestras relaciones y nuestra forma de interpretar las experiencias cotidianas. Esto significa que no hay una fórmula mágica para alcanzar la felicidad, sino una serie de pasos y herramientas que nos pueden ayudar a acercarnos a ella.

La felicidad desde el cerebro: emociones y hormonas que importan

Detrás de la felicidad hay un intrincado sistema biológico que conecta nuestras emociones con el funcionamiento de nuestro cerebro. Las protagonistas de esta historia son tres hormonas que podríamos llamar «las hormonas de la felicidad»:

Serotonina

Es responsable de regular nuestro estado de ánimo, ayudándonos a sentir calma y estabilidad emocional. Un desequilibrio en los niveles de serotonina puede llevarnos a sentir tristeza o ansiedad. Afortunadamente, la serotonina puede incrementarse mediante hábitos saludables como el ejercicio regular, la exposición al sol y una alimentación balanceada. Es la clave para mantener la calma y el bienestar en momentos de estrés.

Dopamina

La «hormona de la recompensa» se activa cuando logramos algo que deseamos, como completar un proyecto o recibir un cumplido. Es la chispa que impulsa nuestra motivación. El problema surge cuando no conseguimos generar suficiente dopamina, lo que puede llevarnos a la apatía o la falta de motivación. Afortunadamente, se puede estimular la producción de dopamina mediante pequeños logros diarios, la práctica de la gratitud y la búsqueda de actividades que nos resulten placenteras.

Oxitocina

Conocida como la «hormona del amor», la oxitocina se libera en momentos de conexión emocional, como un abrazo o una conversación significativa. Refuerza nuestras relaciones y nos hace sentir valorados. Esta hormona juega un papel crucial en la creación de lazos afectivos, por lo que fomentar relaciones saludables y profundas es esencial para nuestra felicidad.

El cerebro es una máquina fascinante, y comprender cómo estas hormonas trabajan juntas nos ayuda a crear estrategias para potenciar nuestra felicidad de forma natural. Pero, más allá de la biología, hay factores psicológicos y emocionales que influyen en cómo percibimos la felicidad. La manera en que gestionamos nuestras emociones y nuestras relaciones también tiene un impacto directo en nuestra capacidad para experimentar la felicidad.

Barreras comunes: ¿qué nos aleja de la felicidad?

A pesar de lo mucho que deseamos ser felices, el día a día puede presentarnos barreras que dificultan nuestro bienestar emocional. Estas son algunas de las más comunes:

Estrés constante

La presión del trabajo, las responsabilidades familiares y el ritmo acelerado de la vida moderna pueden sobrecargar nuestro cerebro, agotando nuestra energía y nublando nuestra capacidad de disfrutar los pequeños momentos.

El estrés prolongado puede afectar negativamente la producción de serotonina y dopamina, lo que nos deja más vulnerables a la ansiedad y la depresión. Es fundamental aprender a gestionar el estrés de manera efectiva, tanto a través de la relajación como de la organización y la delegación de tareas.

Ejemplo: Laura, una madre trabajadora de 42 años, se encuentra tan ocupada cumpliendo con sus obligaciones que apenas tiene tiempo para relajarse. Esto la lleva a sentirse constantemente cansada y desbordada. Sin embargo, con pequeñas pausas durante el día y una mejor planificación, Laura podría reducir su estrés y encontrar momentos para disfrutar de las pequeñas alegrías cotidianas.

Falta de autocuidado

Cuando dejamos de priorizarnos, descuidamos nuestra salud física y emocional. Esto puede crear un círculo vicioso donde el malestar se acumula. El autocuidado no es un lujo, es una necesidad básica que permite recargar nuestras energías y mantener el equilibrio emocional. Si no nos cuidamos, no podremos cuidar de los demás de manera efectiva.

Ejemplo: Luis, de 50 años, se dio cuenta de que pasaba días enteros sin dedicar tiempo a sus pasatiempos favoritos. Esto aumentó su sensación de insatisfacción. Al volver a retomar actividades que le brindaban placer, como leer y caminar, Luis pudo recuperar una parte importante de su bienestar.

Expectativas irreales

Creer que la felicidad significa no tener problemas puede generar frustración y desilusión. Aceptar que la vida incluye altibajos es fundamental para gestionar nuestras emociones. La clave está en cómo afrontamos esos momentos difíciles y cómo aprendemos de ellos.

Ejemplo: Clara, de 38 años, sentía que su vida «no era suficiente» al compararla con lo que veía en las redes sociales, lo que le generaba inseguridad. Sin embargo, al enfocarse en sus logros personales y reconocer que cada persona tiene su propio camino, Clara comenzó a sentirse más contenta y en paz consigo misma.

La felicidad no depende de lo que pasa afuera, sino de cómo interpretamos lo que pasa.

Herramientas de Neuromotiva: construyendo tu camino hacia la felicidad

En Neuromotiva, contamos con herramientas y técnicas que pueden ayudarte a derribar estas barreras y construir un bienestar emocional duradero. ¿Cómo lo hacemos?

  1. EFT-Tapping (Técnica de Liberación Emocional)
    Mediante ligeros golpecitos en puntos específicos del cuerpo, el EFT ayuda a liberar emociones atrapadas y reducir el estrés. Estudios como el publicado en The Journal of Nervous and Mental Disease (2020) demuestran que esta técnica puede disminuir significativamente los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Al aplicar EFT-Tapping, las personas pueden liberarse de emociones negativas y crear un estado emocional más equilibrado.

  2. Reimpronta Matricial
    La reimpronta matricial permite identificar y transformar creencias limitantes arraigadas en nuestra mente desde experiencias pasadas, ayudándonos a crear nuevas perspectivas más positivas. Al cambiar nuestra manera de pensar, podemos cambiar nuestra realidad emocional.

  3. Programación Neurolingüística (PNL)
    A través de la PNL, trabajamos en la forma en que interpretamos y procesamos nuestras experiencias, enseñándonos a cambiar patrones mentales negativos por otros más constructivos. Esta herramienta es útil para reprogramar la mente y fomentar pensamientos que favorezcan nuestro bienestar y felicidad.

Consejos prácticos para cultivar la felicidad cada día

La felicidad también se alimenta de pequeñas acciones diarias. Aquí te dejamos algunas ideas que puedes poner en práctica desde hoy:

  1. Agradece lo bueno: Dedica unos minutos al día para reflexionar sobre tres cosas por las que te sientas agradecido. Esto te ayudará a centrarte en lo positivo y a aumentar la producción de serotonina.

  2. Reserva tiempo para ti: Aunque sea 10 minutos al día, haz algo que disfrutes, como leer, escuchar música o dar un paseo. El autocuidado es esencial para mantener un equilibrio emocional saludable.

  3. Conéctate con otros: Una llamada o una conversación significativa puede mejorar tu estado de ánimo y fortalecer tus relaciones. Las interacciones sociales son fundamentales para aumentar los niveles de oxitocina y, por lo tanto, nuestra felicidad.

  4. Practica la respiración consciente: Dedica unos minutos a respirar profundamente, enfocándote en el momento presente. La respiración consciente ayuda a reducir el estrés y mejorar tu bienestar emocional.

  5. Muévete: El ejercicio físico, incluso en pequeñas dosis, estimula la producción de dopamina y endorfinas. Mantenerse activo es una forma excelente de aumentar la felicidad a largo plazo.

La mayor felicidad no está en obtener lo que deseas, sino en disfrutar de lo que ya tienes.

La importancia de buscar ayuda profesional

En el camino hacia la felicidad, es fundamental reconocer que, a veces, necesitamos apoyo externo para superar las barreras emocionales y psicológicas que nos impiden avanzar. Las dificultades emocionales, el estrés constante o las creencias limitantes pueden resultar abrumadoras, y aunque hay muchas estrategias que podemos aplicar por nuestra cuenta, contar con la orientación de un profesional puede acelerar el proceso y proporcionarnos herramientas más efectivas.

Un psicólogo o coach especializado puede ofrecer un enfoque personalizado y brindarte las técnicas necesarias para afrontar los retos emocionales. Terapias como el EFT-Tapping, la Reimpronta Matricial y la PNL, entre otras, pueden ser más eficaces cuando se realizan bajo la supervisión de un experto que sepa guiarte adecuadamente.

Buscar ayuda profesional no es un signo de debilidad, sino una muestra de compromiso contigo mismo y con tu bienestar.

Mar Sánchez, psicóloga y coach experta en gestión emocional lleva más de 10 años acompañando a personas de todas las edades  para mejorar su bienestar y equilibrio emocional.

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