Cuidar puede ser una experiencia estupenda o un “pozo” del que cuesta salir. Si eres cuidador o cuidadora me entenderás…. Cuantas veces escuchado “cuídate” una palabra fácil de decir y no tan sencilla de hacer.
El como se afronte esta situación novedosa, inesperada en la mayoría de las ocasiones y quién sea el familiar que dependa de los cuidados son clave para mantener una buena calidad de vida.
Es frecuente que los cuidadores experimenten cambios en sus horarios, tiempo libre, trabajo, en su salud y estado de ánimo. Estas transformaciones pueden tener consecuencias positivas o negativas en función de cómo el cuidador asuma la nueva situación.
De todos es conocido el llamado “síndrome del cuidador”, aceptado como tal, pocas son las ayudas que reciben estas personas encargadas de cuidar a un hijo, a un padre o familiar dependiente. La carga física y psíquica que supone realizar cambios radicales en sus vidas hace que se desatienda a si mismo, abandonando su cuidado, sus aficiones, amistades… y es totalmente entendible!
Principales síntomas del síndrome del cuidador quemado:
- Impaciencia-rabia.
- Dificultad para concentrarse.
- Fatiga-negación de la fatiga.
- Irritabilidad-bloqueos emocionales.
- Depresión- impotencia.
- Aislamiento social.
- Sentimientos de culpabilidad.
- Problemas de salud-quejas.
- Abuso de sustancias.
Como cuidador eres un “agente” importantísimo en la sostenibilidad del sistema de salud. Se reconoce como cuidado informal, no remunerado y realizado mayoritariamente por familiares no entrenados que desconocen la enfermedad o patología.
Asumir el nuevo rol de cuidador no está reñido con mantener la propia identidad y seguir siendo uno mismo. Un cuidador eficiente es el que llamamos SÚPER CUIDADOR. Es aquel que sabe delegar, que mima su salud emocional, que atiende sus necesidades físicas y sociales. Considerar la posibilidad de pedir ayuda y no asumir el reto uno solo es la mejor manera de poder estar en las mejores condiciones para atender a la persona dependiente.
No es lo mismo cuidar a un mayor con un Alzheimer dócil que a uno que su conducta se ha vuelto agresivo, no es lo mismo cuidar a tu hijo enfermo que a una persona mayor. No es lo mismo ser un cuidador cuidado que un cuidador descuidado. Aunque parece difícil Tu eliges!
El súper cuidador que no se cuida
Piensa, si fueses tu el enfermo “dependiente”… te gustaría tener a un cuidador contento? Seguro que sí. La energía, los recursos y el trabajo serán mucho más apetecibles para ambas partes.
En los cursos neuromotiva para “súper cuidadores” tanto formales (profesionales) como informales (familiares) intentamos que se formen primero por ellos mismos para que se lo lleven puesto y después puedan realizar su trabajo de forma ejemplar y con la satisfacción de disfrutar cuidando. Los cursos más demandados son comunicación con PNL, gestión emocional con EFT y los programas de estimulación cognitiva.
La vida es lo que queramos que sea al margen de las circunstancias personales que toca vivir. Elijas lo que elijas te diremos que “está bien” y estará mucho mejor si sabemos que disfrutas también de “tu elección”. Nuestras vivencias son nuestra historia!
Aquí os dejamos algunas sugerencias para invitar a la reflexión y si no sabéis como salir del círculo del cuidador quemado en neuromotiva te orientamos cómo hacerlo:
Infórmate
Es fundamental una buena información acerca de la situación de la enfermedad. No tengas miedo a preguntar. Es mejor recibir una información honesta, a ser posible sensible y con un lenguaje claro que a utilizar conocimientos populares que a veces son insuficientes. Como cuidador necesitas saber que lo que estás haciendo es lo correcto. No tengas vergüenza a decir que no lo entiendes, nadie nace aprendido ni es médico, así que a preguntar y si es necesario que te lo dibujen o expliquen 3 o 300 veces a por ello, te ayudará a sentirte mejor y a tomar buenas decisiones.
Busca apoyo
Familiar o en instituciones que ofrecen recursos de ayuda. El creer que puede uno solo en ocasiones pasa factura. Educacionalmente en nuestro país la carga del cuidado sigue recayendo en las mujeres que asumen como “obligada” la atención al enfermo en la totalidad, con la creencia de que es lo que hizo su abuela, su madre y ahora le toca a ella. Es vital el reparto del tiempo de cuidado para no desgastarse.
Escúchate
Y si la queja o la desgana es la que te habla ponle freno!, es el momento de hacer un stop en el camino para evitar llegar a un estado de estrés que te haga sentirte agotado, irritado o aislado.
Obsérvate
Y si ya no te arreglas, no sales a tomar algo o al cine, si tus rutinas son siempre las mismas y te sientes irritada o aislada es el momento de soltar la culpa y empezar a cuidarte. Tu energía es la que transmitirás a quién cuidas y por tanto si la onda que recibe el enfermo es baja y apagada, irascible o de carga, poco le ayudarás en su curación o mejoría.
Fórmate
En herramientas que te permitan gestionar mejor tus emociones y comunicarte con los demás. No hace falta ser profesional para acceder a cursos formativos especializados que ayudan al crecimiento personal además de facilitarnos el trabajo de cuidador.
La familia sigue siendo la principal prestadora de cuidados en el hogar y esto genera una gran sobrecarga sobre todo cuando se trata de un familiar y no de un profesional. El desajuste personal y emocional limita al cuidador en el desarrollo de su vida familiar, laboral y social.
Independientemente de si eres cuidador en casa, en un hospital o a distancia no te olvides de Ti❤️.
Estoy encantado de encontrar blogs donde leer informacion tan necesaria como esta. Gracias por aportar este post.
Saludos