
La depresión no es solo “sentirse triste”; es una condición compleja que afecta tanto a la mente como al cuerpo, alterando la forma en que las personas piensan, sienten y se comportan.
Es un tema cada vez más recurrente en la actualidad, donde el estilo de vida acelerado y las altas demandas sociales parecen contribuir a su auge. Hoy queremos explicarte los diferentes tipos de depresión, sus causas, cómo reconocerla, y sobre todo, cómo prevenirla y superarla con el apoyo adecuado.
El más terrible de todos los sentimientos, es el sentimiento de tener la esperanza muerta.
Federico García Lorca
Tipos de depresión: una condición, muchas caras
La depresión no se manifiesta de una única manera. Estos son los principales tipos que pueden afectar a las personas de diferentes formas:
1. Depresión mayor
La forma más severa, caracterizada por una tristeza profunda y persistente, pérdida de interés en actividades y dificultades para realizar las tareas diarias.
2. Trastorno depresivo persistente (distimia)
Una forma crónica de depresión menos intensa, pero que puede durar años, afectando el día a día de manera constante.
3. Depresión posparto
Afecta a algunas mujeres tras dar a luz, debido a cambios hormonales, falta de sueño y nuevas responsabilidades.
4. Trastorno afectivo estacional (TAE)
Suele aparecer durante los meses de invierno, cuando hay menos luz solar, y genera cansancio, tristeza y desánimo.
5. Depresión situacional
Ocurre como respuesta a eventos traumáticos o estresantes, como la pérdida de un ser querido, divorcios o cambios laborales.
Causas de la depresión: un rompecabezas multifactoria
La depresión no tiene una única causa, sino que es el resultado de una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales. Algunos de ellos incluyen:
1. Genética
La predisposición genética juega un papel fundamental en el desarrollo de la depresión. Si uno o ambos padres han experimentado trastornos depresivos, el riesgo de que sus hijos desarrollen depresión aumenta. Los estudios han demostrado que la herencia genética influye en la vulnerabilidad a este trastorno, aunque no se trata de una causa determinante. Es decir, no todas las personas con antecedentes familiares de depresión desarrollarán la enfermedad, pero su probabilidad de hacerlo es mayor. Los avances en la genética han permitido identificar ciertos genes que podrían estar involucrados en la regulación de neurotransmisores relacionados con la depresión, aunque la investigación sigue en curso.
2. Química cerebral
Los desequilibrios en los neurotransmisores, como la serotonina, la dopamina y la noradrenalina, están estrechamente vinculados con la depresión. Estos neurotransmisores son esenciales para regular el estado de ánimo, el apetito, el sueño y la concentración. Cuando los niveles de estas sustancias químicas son inadecuados o no se transmiten de manera efectiva entre las células cerebrales, se pueden desencadenar síntomas depresivos. Además, la función alterada de ciertas áreas del cerebro, como el lóbulo frontal y el sistema límbico (relacionado con las emociones), también puede contribuir a la aparición de la depresión.
3. Estilo de vida
Factores relacionados con el estilo de vida también influyen significativamente en el riesgo de depresión. El estrés crónico, que puede ser causado por presiones laborales, familiares o financieras, es uno de los principales desencadenantes de trastornos del ánimo. La exposición continua al estrés puede alterar los mecanismos neuroquímicos del cerebro y afectar la capacidad de la persona para manejar las emociones de manera efectiva. La falta de sueño y la mala calidad del mismo son factores de riesgo importantes, ya que el descanso es crucial para el equilibrio emocional y la regeneración del cerebro. Además, una dieta poco saludable y la falta de actividad física también son factores que contribuyen a la depresión. El sedentarismo puede alterar la producción de endorfinas y otros neurotransmisores beneficiosos para el estado de ánimo.
4. Factores traumáticos
Las experiencias traumáticas, especialmente en la infancia, son factores de riesgo bien documentados para la depresión. El abuso físico, emocional o sexual puede alterar profundamente la salud mental de una persona y dejar cicatrices emocionales que persisten a lo largo de la vida. La pérdida de seres queridos, como la muerte de un familiar cercano o el divorcio de los padres, también puede desencadenar depresión, especialmente si la persona no recibe el apoyo adecuado para afrontar el duelo. Además, cambios drásticos en la vida, como mudarse a un lugar desconocido, cambiar de trabajo o enfrentar un fracaso importante, pueden generar un nivel elevado de estrés que contribuye al desarrollo de la depresión. Las personas que atraviesan eventos traumáticos sin la red de apoyo adecuada o sin herramientas para gestionar el estrés pueden desarrollar síntomas depresivos a largo plazo.
Estos factores, en combinación o de manera aislada, pueden crear un entorno propenso para que la depresión se desarrolle. Cada persona es única, y la interacción de estos elementos puede variar, lo que hace que la depresión sea un trastorno tan complejo de tratar y entender. Es fundamental que los factores de riesgo sean identificados y gestionados adecuadamente, ya sea a través de intervención profesional, cambios en el estilo de vida o apoyo social.
Signos habituales para reconocer la depresión
Identificar la depresión a tiempo es fundamental para buscar ayuda. Estos son algunos de los signos más comunes:
- Cambios drásticos en el estado de ánimo.
- Fatiga constante o falta de energía.
- Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.
- Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
- Alteraciones en el sueño (insomnio o exceso de sueño).
- Cambios en el apetito y peso.
- Pensamientos recurrentes de inutilidad, culpa o incluso suicidio.
Cómo afecta la depresión según la edad
La depresión se manifiesta de manera diferente según la etapa de la vida:
En niños
Suele aparecer como irritabilidad, cambios en el rendimiento escolar o aislamiento social. Por ejemplo, un niño que deja de jugar con sus amigos y se muestra constantemente cansado podría estar enfrentando depresión.
En adolescentes
Es común que se confunda con cambios propios de la pubertad, pero se puede reconocer por comportamientos autodestructivos, abuso de sustancias o una actitud desafiante.
En adultos
A menudo, se manifiesta como agotamiento extremo, dificultad para equilibrar las responsabilidades laborales y familiares, y pérdida de interés general.
En personas mayores
A partir de cierta edad son habituales los sentimientos de soledad o inutilidad relacionados con los cambios en su entorno, su salud o su círculo social.
¿Por qué el estilo de vida actual fomenta la depresión?
- Sobrecarga digital: El exceso de redes sociales y la constante comparación con otros generan sentimientos de insuficiencia.
- Falta de conexión humana: Aunque estamos más conectados tecnológicamente, la soledad emocional es cada vez más común.
- Estrés laboral: Las largas jornadas y la presión por cumplir metas pueden llevar al agotamiento.
- Falta de autocuidado: Descuidar la salud física y mental debido a un ritmo de vida acelerado.
Una persona puede sentirse sola, aun cuando mucha gente la quiera.
El diario de Anna Frank
Cinco buenos hábitos para prevenir la depresión
Adoptar hábitos saludables puede ser clave para mantener el bienestar emocional:
1. Mantener una rutina de ejercicio físico
El ejercicio libera endorfinas, también conocidas como “hormonas de la felicidad”. Incluso una caminata de 30 minutos al día puede marcar la diferencia.
2. Fomentar conexiones sociales reales
Dedica tiempo a estar con amigos y familiares cara a cara. Las relaciones humanas son esenciales para una mente sana.
3. Dormir lo suficiente
El sueño reparador ayuda a regular el estado de ánimo. Los expertos recomiendan entre 7 y 9 horas por noche para adultos.
4. Practicar la gratitud
Llevar un diario de gratitud puede ayudarte a enfocarte en los aspectos positivos de la vida, incluso en los momentos difíciles.
5. Limitar el tiempo en redes sociales
Reducir el tiempo frente a pantallas y priorizar actividades offline puede disminuir el estrés y la ansiedad.
Beneficios del EFT-Tapping para aliviar la depresión
En Neuromotiva, una de las herramientas que hemos integrado en nuestro enfoque es el EFT-Tapping (Técnicas de Liberación Emocional). Este método, basado en la combinación de la acupresión y la psicología, se ha mostrado como un aliado poderoso para aliviar los síntomas de la depresión y gestionar emociones negativas.
¿Qué es el EFT-Tapping?
El EFT-Tapping consiste en realizar una serie de suaves golpeteos (tapping) con las yemas de los dedos en puntos específicos del cuerpo, conocidos como puntos meridianos, mientras se identifican y expresan emociones o pensamientos negativos. Estos puntos están relacionados con el flujo de energía del cuerpo, y su estimulación ayuda a liberar bloqueos emocionales.
- Reducción del estrés: Ayuda a calmar el sistema nervioso, reduciendo la sensación de ansiedad y los niveles de cortisol.
Regulación emocional: Facilita la conexión con las emociones, permitiendo procesarlas de manera más saludable.
Promueve el bienestar: El EFT-Tapping fomenta una sensación general de calma y equilibrio emocional. Al liberar bloqueos emocionales y reducir el estrés, las personas experimentan un aumento en su bienestar general, lo que puede contribuir a una mejora en su estado de ánimo y perspectiva de vida. - Mejora la autocomprensión: Durante el proceso de tapping, los individuos se toman el tiempo para identificar y verbalizar sus pensamientos y emociones, lo que promueve una mayor autocomprensión. Este ejercicio de introspección puede ayudar a las personas a identificar patrones negativos y creencias limitantes que podrían estar alimentando su depresión.
- Enfoque integral y complementario: El EFT-Tapping complementa la terapia psicológica tradicional, como una herramienta eficaz que ayuda a integrar otros enfoques terapéuticos, como la psicoterapia o la medicación, acelerando el proceso de recuperación.
- Fomenta el autocuidado: El proceso de EFT-Tapping también promueve la importancia del autocuidado, ya que anima a las personas a ser proactivas en la gestión de su salud emocional. Este acto de tomar control sobre las emociones y trabajar en su bienestar de manera activa refuerza la autoestima y la autoaceptación.
- Reducción del estrés: Ayuda a calmar el sistema nervioso, reduciendo la sensación de ansiedad y los niveles de cortisol.
En resumen, el EFT-Tapping es una herramienta poderosa y accesible que puede proporcionar un alivio significativo para quienes enfrentan la depresión. Su enfoque en la liberación emocional, el equilibrio energético y la regulación del estrés hace que sea una opción atractiva y efectiva dentro de un plan integral de tratamiento para la depresión.
La importancia de buscar ayuda profesional
Reconocer que necesitas ayuda no es una debilidad; es un acto de valentía. En Neuromotiva, creemos en el poder del Neuroacompañamiento para abordar la depresión desde un enfoque integral. Nuestros servicios combinan atención psicológica y coaching para ofrecerte herramientas personalizadas que te ayuden a recuperar el equilibrio.
Mar Sánchez, psicóloga y coach experta en gestión emocional lleva más de 10 años acompañando a personas de todas la edades que atraviesan procesos depresivos, ayudándoles a mejorar su bienestar y equilibrio emocional.
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